Con nuevas incorporaciones en la manada, llegó la hora de hacerlo oficial, en la esperada acampada de Acecho.
El lugar escogido para tan esperado momento fue el albergue de Poza de la Sal. Con un inigualable solazo llegamos a Poza para conocer su castillo y fortaleza,
descubriendo así todo lo que el pasado nos ha dejado.
Tras una larga caminata, repusimos fuerzas todos juntos, disfrutando de la compañía y de la comida que con tanto cariño nos habían preparado los papas.
La tarde la dedicamos a conocernos un poco mejor, ya formadas las seisenas. Los nuevos seiseneros y subseiseneros fueron los encargados de guiar a su seisena para descubrir los secretos de los nuevos lobatos que iban a presentarse a la manada.
Y por fin, llego la ceremonia de Acecho, todos los lobatos preparados con su piel y su pañoleta al cuello junto a los Viejos Lobos recibimos a los nuevos miembros de la manada. Pero esta ceremonia no quedo aquí, sino que los lobatos más veteranos también tuvieron su pequeña sorpresita.
Tras una pequeña velada y muy muy cansados nos fuimos a dormir deseando que llegase el día siguiente y las familias nos trajesen deliciosos manjares. Pero ellos no iban a ser los únicos, así que nuestros lobatos convertidos en chefs y los Viejos Lobos en jurado, elaboramos unas increíbles pizzas, mezclando muuuchos ingredientes.
Y ya por fin llegaron los papas para disfrutar de un rato de charla y diversión para pasar a comernos las delicias que habíamos preparado.
Aquí teneís las fotos de estos días.
Buena caza y prosperas lunas.