Al igual que dice el refrán “lo bueno, si breve, dos veces bueno” nuestro campamento se ha pasado en un suspiro. Y es que apenas estábamos repartiendo las habitaciones a las ramas, cuando teníamos que volver a cargar el autobús con las mochilas….
Han sido 4 días geniales en La Vecilla, un pueblo al norte de León, y muy cerquita de las montañas, donde hemos podido disfrutar un montón de la naturaleza gracias también al buen tiempo que nos ha acompañado durante todo el campamento.
El primer día, después de alguna actividad por ramas, tuvimos el juego de grupo, en el que nos dividimos para encontrar el tesoro que nuestros antepasados mineros, leoneses y asturianos, habían escondido.Por la noche juegos nocturnos y a la cama, a coger fuerzas para las marchas que nos esperaban el viernes.
Durante las marchas, los Lobatos fueron a ver una cascada impresionante que les dio una buena ducha. Los Ranger atravesaron bosques y ríos para esconder una caja de geocaching con nuestro regalo del 35 aniversario.
Los Pioneros subieron por cortafuegos y crestearon por las montañas para bajar a toda velocidad por la nieve que aún quedaba, y los Rover del nuevo clan, se aventuraron en un monte desconocido donde vieron animales salvajes y encontraron un vivac.
La noche estuvo marcada por el Consejo de Roca y el Consejo de Honor, donde Lobatos y Ranger respectivamente, expusieron ante sus compañeros el deseo de realizar su Promesa.
El sábado todas las ramas hicimos actividades de técnicas juntos, y por la tarde a última hora, y aprovechando el buen tiempo, tuvieron lugar las ceremonias, tan importantes para nosotros.Y para terminar el día y celebrar el fin del campamento, un boom espectacular que nos preparó el albergue y una velada en la que un jurado muy exigente valoraba nuestras actuaciones musicales con coreografía incluida.
El último día aún tuvimos tiempo para realizar varios talleres y dinámicas, antes de cantar el adiós scout y subirnos a los autobuses que nos traerían de vuelta.
Lo hemos pasado en grande, en un albergue en el que nos han tratado genial, en medio de unos paisajes impresionantes, con un tiempo que nos ha dejado ese “moreno cangrejo” tan particular, y haciendo tantas actividades, que solo nos han dejado aún más ganas de que llegue ya el campamento de verano.