Desde Helsinki com amor

 
Buenas tardes-noches amigos.

Aquí a los mandos Daniel y a la direccion Vanessa.

Ya estamos en tierras finlandesas. Todos sanos y sin ningun percance de momento.

Dormiremos hoy en un Albergue que hemos encontrado muy acogedor. Mañana tocara sauna, viaje en barco, …, quien sabe, …, mil aventuras.

Seguiremos informando.

Antorcha en el Roverway de Islandia

Después de la ansiada espera llegó el momento de comenzar la aventura.

El viernes 17 de Julio iniciamos el viaje por separado, Maria y Verónica cogieron un bus que las llevaría a Barcelona y de allí un cercanías hasta Gerona desde donde salía el vuelo a Londres.

El resto del clan salieron desde Burgos en un coche alquilado hacia Gerona. Nos reunimos todas en el aeropuerto de Gerona y esperamos toda la noche hasta el embarque con destino Londres.

Una vez en Londres cruzamos la ciudad en tren debido a la gran distancia entre los aeropuertos de Stansted y Heathrow.

Llegamos a Heathrow y volvimos a esperar hasta coger el vuelo que nos llevaría a nuestro deseado destino, Islandia, en el aeropuerto ya comenzamos a ver montones de scouts que como nosotras esperaban su avión hacia Reijkiavic.

Llegamos al aeropuerto de Reijkiavic a las 23.30 hora española, y allí nos recogieron unos chicos de la organización del roverway y desde allí montamos en un autobús hasta el colegio donde pasaríamos las dos noches siguientes.

El día 20 por la mañana nos levantamos nerviosas y emocionadas y cogimos las mochilas y nos dirigimos al punto de encuentro desde donde salían los autobuses hacia la Universidad de Reijkiavic donde se celebraría la ceremonia de inauguración.

Allí nos dividieron por tribus según las distintas rutas elegidas y después de juegos típicos de los diferentes países miembros de nuestra tribu dio comienzo la ceremonia de apertura, la cual nosotras vimos desde la primera fila.

Fue un acto muy emotivo, simbólico y donde nos dimos cuenta de que estábamos rodeadas de miles de scouts.

Tras esto comenzó nuestra ruta, los miembros de nuestra tribu eran clanes de: Portugal, Francia, Irlanda del Norte, Suecia y la República Checa, además de nuestro team líder, Oli, y un matrimonio de origen Islandés.

En la ruta disfrutamos de los fantásticos paisajes de Islandia, subimos dos montañas, nos bañamos en un lago cuyo agua estaba entre 8 y 10 grados centígrados, estuvimos en un refugio natural echando abono a los pinos, nos bañamos en las piscinas termales, vimos un glaciar, geisyrs y unas maravillosas cascadas.

Fueron cuatro días increíbles.

Tras esto nos dirigimos a Althingui, el campamento base donde nos reuniríamos con el resto de scouts. Al llegar montamos las tiendas y acudimos a la ceremonia de apertura del campamento donde de nuevo sentimos la grandeza de nuestro movimiento y nos reunimos con los otros clanes de Burgos y nos contamos nuestras batallitas.

En Althingui realizamos todo tipo de actividades: navegamos por el lago en canoa, jugamos al fútbol, aprendimos a vivir como los antiguos vikingos, hicimos fuego y palomitas de maíz, y jabon natural, aprendimos nuevos secretos de la naturaleza, aprendimos a hacer cremas con plantas y flores, construimos instrumentos musicales con materiales reciclados,y aprendimos cosas sobre las nuevas tecnologías y la ciencia, estuvimos en unos talleres de pasadores y masajes y otras muchas actividades y juegos.

Por las noches nos juntábamos con la tribu y con el resto de scouts y hacíamos fuegos de campamento. También hubo una especie de verbena y algún que otro conciertillo donde quien quisiera podía salir a cantar, bailar o contar un chiste, lo pasamos genial.

Otro de los días que más nos gustaron fue el Carnival Day donde cada país exponía su gastronomía típica y sus costumbres, aprovechamos este día para intercambiar insignias y pañoletas con otros scouts.

Después de todos estos intensos y fastuosos días llegó el triste momento de la despedida, nuestros nuevos amigos volvían a sus países de origen y se terminaba el Roverway con la ceremonia de clausura. Con lágrimas en los ojos, besos y abrazos decíamos hasta pronto a nuestros compañeros de aventura a los que esperamos volver a ver.

Para poner fin a nuestro viaje pasamos un día visitando Reijkiavic donde subimos a un barco y vimos ballenas y nos dirigimos a Londres donde pasamos otro gran día visitando la capital inglesa.

Desde allí cogimos nuestro último avión hacia Barcelona donde nos esperaba la Secretaria del Consejo de Scouts MSC, Noelia, que muy amablemente nos enseñó la sede de MSC.

Tras esto montamos en el bus que nos llevaría de vuelta a nuestro Burgos, poniendo fin definitivo a una experiencia que marcaría nuestras vidas como personas y como scouts y miembros de este gran movimiento.

Ah, ya podeis ver alginas fotos de nuestras aventuras haciendo click aquí.

Objetivo Roverway

Como sabéis las rovers del grupo vamos a participar este verano en un evento con miles de rovers europeos en Islandia, el Roverway 2009.

El Roverway 2009 comenzará en Reykjavik, con la ceremonia inaugural, en la tarde del 20 de julio y concluirá en el Centro Scout de Ulfljotsvatn en la tarde del 28 de julio.

Esta será la tercera vez que se celebre, tras el Roverway de Portugal (2.400 participantes) en 2003 y el Roverway de Italia (4.200 rovers) en 2006.

Estamos encantadas de participar y llevamos todo el año trabajando para ésto. Suponemos que os acordareis de la lotería de navidad, algunos cumpleaños, …

Y por fin ha llegado el día, mañana partimos hacia Girona y la madrugada del viernes al sábado cogemos un vuelo que nos llevará a Londres y desde allí cogeremos otro vuelo a Islandia para disfrutar el lunes de la ceremonia inaugural en Reykjavik.

Tenemos un montón de ganas.

Ah, nos invitó Scouts MSC (la asociación scout nacional de la que formamos parte) a contar nuestras aventuras en un blog de Scouts MSC y llevamos tiempo escribiendo de vez en cuando en Objetivo Roverway.

Y una vez que estemos allí, día a día (o todo lo día a día que nos permita la técnica islandesa) vamos a ir escribiendo en ese blog nuestras aventuras y desventuras.

No te lo pierdas.

Y a la vuelta, os contaremos aquí, en la web del grupo, un resumen de nuestra experiencia, subiremos fotos, …

Deseadnos suerte y os contamos a la vuelta.

RoverWay – Ruta 033: Clan La Yecla – Sayela – Antorcha

Salimos de Burgos el día 4 de agosto.

Por fin, después de 10 meses, estábamos ya camino del Roverway.

Bien de mañanita cogimos el autobús que, junto con otros clanes de Burgos, nos llevaría hasta Santander, desde donde volaríamos a Roma.

La llegada a Roma fue un poco decepcionante. El contacto que allí teníamos nos dejó un poco tirados y no teníamos un lugar donde pasar la noche, así que decidimos que era mejor coger un tren nocturno hasta Venecia. Dormiríamos en el tren y pasaríamos el sábado entero viendo la ciudad de los canales.

Sólo había un pequeño problemilla. Ana y Chichas llegaban a Roma a las 21.30 y el tren a Venecia salía a las 22.50. Así que nos tocaba rezar para que su avión no llegara con retraso, no tardaran mucho en recoger las mochilas y pudieran llegar rápido a la estación de trenes.

Afortunadamente, y tras una carrera en taxi a toda velocidad por las calles de Roma, llegaron a la estación a las 22.35, con lo que teníamos el tiempo justo de coger los billetes y montar. Una vez en el tren, encontramos dos compartimentos que tenían una pinta buenísima para dormir las 6 horas que duraba el viaje. Pero ¡oh sorpresa! un muy poco simpático revisor nos dijo que eso era primera clase y que allí no podíamos estar, nuestro gozo en un pozo!

Nos dijo que fuéramos a segunda y que buscáramos un sitio. Los compartimento que podíamos usar estaban llenos, con lo que estábamos sin sitio para viajar. Después de mucho discutir con los revisores y de comprobar que los italianos son como los españoles para pasar de los problemas de los demás, nos resignamos a viajar en el pasillo.

¡Qué tortura de viaje! Incluso unos policías nos dijeron que nos guardáramos bien las carteras, porque en cualquier despiste nos «desaparecerían». Menos mal que nos lo tomams todo a risa y, por momentos, el viaje fue hasta divertido.

A las 5.30 de la mañana llegamos a Venecia, sin dormir. Vimos la ciudad a la carrera y a las 11 nos echamos a dormir en el sitio que nos había conseguido la organización. A las 4 de la tarde, una vez descansados (bueno, un poco), nos fuimos a ver Venecia más tranquilamente. Nos juntamos con el clan de Vanessa y estuvimos recorriendo Venecia y viendo lo que pasaba por sus calles: músicos, hare-krishnas, … y mucha gente con pañoletas al cuello (ahí comenzamos a sospechar que habría un encuentro de scouts o algo así).

Al día siguiente nos juntamos ya con los clanes que iban a estar con nosotros en la ruta: un clan austríaco, uno italiano, uno portugués y otro húngaro. Este último nos resultó especialmente simpático, ya que era un clan femenino (allí chicos y chicas están siempre separados) perfectamente vestidos de naranja ¡hasta las zapatillas!. Desde ese momento pasaron a llamarse para nosotros «el clan de las castorcitas».

Fuimos a la ceremonia de inauguración con muchísimas ganas de comenzar ya el Roverway. La ceremonia fue un poco lenta y si a eso le unimos el sol que nos daba de pleno, hizo que fuera difícil escuchar las bienvenidas de los políticos y autoridades de la zona. Pero no había problema: todo nos parecía alucinante.

Después, todos los clanes de nuestra ruta cogimos un tren que nos llevó hasta el lugar de partida de nuestra ruta. Allí hicimos la cena de los pueblos y pudimos probar la comida típica austríaca, portuguesa, húngara e italiana. Entre plato y plato, una asociación local nos iba enseñando los bailes típicos de la región. ¡Hay que ver que patos somos los españoles para bailar estas cosas! pero fue muy divertido.

Al día siguiente, a las 7 de la mañanita, nos levantamos para empezar a andar. Nos dirigíamos a Arqua Petrarca, un pueblecillo muy bonito en el que vivió el filósofo y poeta italiano Petrarca. No tuvimos que andar mucho (unos 12 kilómetros) pero comenzamos a descubrir que los italianos tienen muy claro que el camino más corto entre dos puntos es la línea recta ¡incluso para subir montañas! ¡menudas rampas! Durante el trayecto pudimos ver cabras, caballos e incluso unos ciervecillos pequeños, todo ello amenizado por los alegres cánicos de nuestras castorcitas húngaras, que cantan de manera espectacular.

Una vez que llegamos al pueblo, montamos las tiendas, comimos y nos enseñaron lo más importante de la ciudad. Todo muy bonito pero ¿es que no hay nada llano en esta país? tiene que ser duro vivir en ese pueblo tan empinado.

El resto de la ruta tuvo, más o menos, la misma estructura. Madrugones para andar y no coger mucho sol, pasta para comer y cenar y dormir poco por estar las noches hablando con todo el mundo. Pasamos por Fontanafredda y Casa Marina, probamos los vinos típicos de la zona, hicimos juegos, cantamos muchísimo, hicimos debates acerca del Escultismo en los diferentes países y sacamos ideas para llevar a cabo y hacer que nuestras ciudadessean un poco más ecológicas, tuvimos momentos de reflexión y espiritualidad, desarrollamos dinámicas, hicimos malabares, vimos la lluvia de estrellas de la noche de San Lorenzo, hicimos escalada, aprendimos a hacer y amasar la pasta italiana, y la última noche tuvimos una fiestecilla con un musical en el que tratamos de hacer el menor ridículo posible y que resultó divertidísimo.

Pero, sobre todo, conocimos un montón de gente. Gente con la que nos entendíamos sin saber su idioma, con la que compartíamos valores y una forma de vivir, gente de la que aprendimos un montón de cosas y con la que disfrutamos un montón la ruta.

Por fin era la hora de ir a Loppiano. Cuatro horas de autobús que se nos hicieron eternas por las ganas que teníamos de llegar. Pero, por fín estábamos allí. Scouts por todas partes, centenares de tiendas de campaña, muchísimas pañoletas diferentes …, pero lo que más nos llamó la atención era que todo el mundo que allí estaba sonreía, era un ambiente impresionante.

De la estancia en Loppiano tampoco vamos a contar mucho, ya que todos sabéis lo que nos fue pasando por allí: los talleres, la comida, las emocionantes ceremonias de inauguración y clausura, nuestra visita a Florencia pasada por agua, etc.

Pero hay cosas que marcan y que guardaremos para siempre. Ante todo el ambiente que vivimos, sencillamente impresionante. La alegría que allí se respiraba era totalmente inhabitual. Ver a casi 5000 personas recorriendo Florencia, en una excursión que nadie quería hacer por el aguacero que estaba cayendo, empapadas como sopas durante 3 horas, comiendo pasta bajo la lluvia y todo ello sin dejar de cantar, bailar y sonreir, es algo que no es fácil de encontrar. Y esa alegría duró todo el Roverway.

Compañerismo, amistad, hermandad …, es difícil expresar en una palabra lo que allí vivimos.

El caso es que nos dió mucha pena tener que ir, nos hubiera gustado quedarnos otros 10 dias más. Pero bueno, habrá que contar los días que quedan para el próximo Roverway!

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